Los rostros de los adoradores parecen transformados por el llamado esotérico a la posesión. El gong de los Atabales suena más fuerte. El olor a selva invade el lugar de culto. Crece el canto en lengua lucumí: La ceremonia resuena al son de los “atabales” (pandereta que se toca en https://mikev947xbx5.blogdanica.com/30902907/the-single-best-strategy-to-use-for-comida-casera-colombia-en-fuenlabrada